lunes, 19 de diciembre de 2011

Dime qué quieres.

El título de esta primera entrada tiene que ver todo con el objetivo de este blog: dime qué quieres. Eso mismo, dime qué necesitas, dime qué te ocurre. Seguro que entre todos podemos encontrar una solución.


Qué ocurre ahora mismo con todos nosotros, con los jóvenes, con los mayores, los desempleados, los infelices, los inconformados, etc. Qué ocurre, ¿te lo has preguntado? Yo sí. Me lo he preguntado, he creído necesario preguntármelo.
Todo empieza con una idea, con un sueño, con una ilusión. Qué crees que mueve el mundo, ¿empresas? ¿Trabajadores? ¿Dinero? No, el mundo lo movemos nosotros con nuestros sueños, nuestras ganas de emprender acciones con el fin de obtener una ganancia de ello. Una ganancia que puede ser económica, que puede ser emocional, o personal. ¿Acaso crees que a un empresario le mueve un impulso que desconoce? O a un trabajador, ¿crees firmemente que el trabajador quiere trabajar en un sitio o en otro per se? No, nos mueven los sueños. Un empresario emprende, se arriesga y cree que otro mundo es posible cuando crea una empresa, la enfoca hacia una posible ganancia. A algunos de ellos les mueve su afán por el dinero, y a otros les mueve sus ganas de crear empleo y con ello generar un bien a la sociedad, obteniendo una ganancia emocional, en primer lugar, y económica en segundo lugar, por supuesto. Si no hay ganancia económica no hay empresa. La diferencia es lo feliz que puede ser uno con una ganancia económica y lo realizado que puede sentirse otro con otra muy diferente e inferior.
Esta pequeña diferencia también puede marcar un triunfo absoluto de un fracaso estrepitoso. Es algo sencillo: cómo eres más feliz, ¿vendiendo ropa en una tienda de muchísima solidez como empresa o reunirte con muchos a los que le apasiona la moda y crear una empresa que se dedique a ello? 
Quizás, no sé, puedas crear una empresa que tenga un empresario que ama lo que hace. ¿Crees como yo, que el mundo sería un mejor mundo si funcionase con gente dedicándose a lo que le gusta, o por el contrario crees que está bien como está? Está enteramente demostrado que no. En estas fechas lo único que suena es crisis, deuda, abismo, quiebra, paro, desempleo, crisis, crisis, recesión, dinero, crisis...


Yo no quiero seguir estancado en un modelo socio-económico que lo único que me genera es incertidumbre y que me quite las ganas de luchar por lo que quiero. Lo siento, no habrá modelo que pueda hacerme renunciar a mis sueños, ninguno, he dicho. 


A qué te quieres dedicar en la vida. Dedica cinco minutos de tu día, tan sólo cinco minutos a hacerte esta pregunta. ¿Quiero seguir levantándome cada día y hacer lo que hago? ¿Quiero seguir trabajando en mi trabajo? Si no quieres es porque no haces lo que quieres hacer, y esto es una pena. Haz lo que quieras, nada más. Nuestra vida es sólo una, y tenemos que trabajar, tenemos que formarnos, que relacionarnos con los demás. Tenemos que soñar y cumplir nuestros sueños. Todos tenemos sueños, todos tenemos algo que nos mueve hacia un sitio o hacia otro. 


No sabes qué hacer, ¿verdad? No sabes qué pensar, qué va a ocurrir mañana. ¡Y qué más da lo que ocurra mañana si no sabes lo que quieres hacer hoy! Vamos a pensar por un momento cómo queremos que sea nuestra vida, pero vamos a pensar en ello a muy corto plazo, de aquí a unas horas, de aquí a unos días. No construyas una idea que no se sustente en nada, crea algo sólido. Quizás tienes dinero pero no tienes ideas. No te preocupes, hay gente que tiene ideas y no tiene dinero. Yo, personalmente, no tengo dinero, pero ideas tengo esta. 
¿Cuál es tu idea? Te preguntarás. Mi idea es básica y sencilla. Si no sabes qué hacer, cuéntamelo, juro por mi honor guardarlo en mi portafolios, y no en un ordenador. Cuéntame tu idea, dime a qué te quieres dedicar. Quizás me escriba otra persona diciéndome que tiene lo que tú necesitas y que necesita lo que tú tienes. Yo os pongo en contacto. ¿Acaso no sería increible?
¿Crees en algo? Adelante, no hay más obstáculos que los que nosotros queremos ponernos. La vida es fácil y sencilla, no la compliques. 
A comerse el mundo, porque todos los días sale el Sol. Aunque te equivoques es lo único cierto, que mañana sale el Sol y tendrás nuevas oportunidades, nuevos sueños, nuevos retos y podrás volver al inicio y rectificar. Adelante con ello si crees en ello.